Lynn Patrick Dillon, 76, falleció el 30 de enero de 2025, en Mad River. Nacido el 9 de mayo de 1948 en Scotia, vivió una vida definida por el trabajo duro, la generosidad y una profunda devoción a su familia y comunidad.

Lynn pasó sus primeros años en Ruth, asistiendo a la Escuela Ruth del primero al octavo grado antes de graduarse de la Escuela Preparatoria Fortuna. Luego siguió su pasión por la mecánica en el Colegio Shasta, donde completó el programa de mecánica diésel. Su carrera fue un testimonio de su dedicación y resiliencia. Fue propietario y operador de Dillon Construction Company y trabajó como leñador, conductor de camiones, operador de equipos pesados, ranchero, bombero voluntario, primer respondedor voluntario y bombero contratado de incendios forestales. Su compromiso de servir a los demás se extendió más allá de su vida profesional; siempre estaba listo para echar una mano cuando era necesario.

La familia estaba en el centro del mundo de Lynn. Le sobreviven sus hijos: Julie Morss (Tommy), Jaylin Dillon (Heather) y Jeanette Rolff (Jabe Richardson); sus nietos: Briana Lofing-Rolff, Rex Rolff, Kaitlynn Arroyo, Karly Dillon, Jerrad Morss, Mariah Garlinghouse; y sus bisnietos: Gavin Lofing, Phoebe Lofing, Addison Arroyo, Jameson Rolff, Timberlyn Morss, Raelynn Morss y Harper Garlinghouse; sus sobrinos y sobrinas: Marcus (Jennifer) Rezentes y Leah Rezentes. Le precedieron en la muerte su amada esposa Shirley Dillon; sus padres Earl y Alta Dillon; su hermano Lowell Stone; y dos queridos nietos, Tommilyn Morss y Riley Young.

Lynn encontraba alegría en los placeres simples de la vida: cuidar de sus vacas en la tierra que tanto amaba y pasar tiempo con su familia. Tenía un aprecio especial por los postres caseros de Shirley y nunca perdía la oportunidad de probar su última creación. Conocido por su sabiduría y habilidad para contar historias, Lynn tenía una forma de cautivar a aquellos a su alrededor con cuentos que reflejaban tanto humor como perspicacia. Su desinterés y naturaleza protectora lo convirtieron en un pilar de fuerza para aquellos que lo conocieron.

Un hombre de fe, Lynn adoraba con numerosas congregaciones en el área del Sur de la Trinidad y asistía a la Iglesia Comunitaria de Shiloh en Fortuna. Su fe lo guió a lo largo de su vida mientras permanecía firme en valores de bondad y servicio a los demás.

El legado de Lynn es de dedicación inquebrantable: a su familia, amigos, trabajo y comunidad. Su presencia será profundamente extrañada pero recordada con cariño por todos los que tuvieron el privilegio de conocerlo. Que su memoria traiga consuelo a quienes lo amaron.

Se anunciará un servicio para celebrar la vida y el legado de Lynn en una fecha posterior para algún momento esta primavera.

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El obituario anterior fue presentado en nombre de los seres queridos de Lynn Dillon. Lost Coast Outpost publica obituarios de residentes del Condado de Humboldt sin costo alguno. Ver directrices aquí. Correo electrónico news@lostcoastoutpost.com.