Howard Quintin Baer, de Bayside, falleció pacíficamente el 9 de diciembre de 2024, en el Hospital Queen of the Valley en Napa. Nacido el 20 de septiembre de 1942, en Mt. Vernon, Ohio, Howard vivió una vida llena de amor, dedicación y servicio a su comunidad.

Howard es sobrevivido por su amada esposa de 58 años, Kathy Baer; su hija Cindy Matney; su hijo Greg Baer; sus queridas nietas Jenae Hagler y Madeline Marie Baer; y su bisnieta Hayden Hagler. Le precedieron en la muerte sus padres y sus hermanos.

Howard fue un dedicado educador y administrador escolar que tocó la vida de incontables estudiantes y colegas. Comenzó su carrera como profesor de taller de automóviles y más tarde se convirtió en el director de la Pacific Coast High School de Arcata, cargo que ocupó durante muchos años. Después de mudarse de Ohio a Stockton cuando tenía 18 años, se trasladó al área de Arcata en 1963, donde obtuvo tanto su licenciatura como su maestría en Humboldt State University.

Fuera de su vida profesional, Howard era conocido por su bondad, sabiduría y su compromiso inquebrantable con su familia. Sus pasatiempos giraban entorno a trabajar con las manos, a través de trabajos en madera, proyectos de casa y, especialmente, proyectos de autos. Su auto más querido fue su Ford Fairmont station wagon de 1978, cariñosamente conocido como “the wagoon,” que tenía un motor muy potente de 2.3L como lo evidencia al subir las colinas de la carretera 299. También poseía y jugueteaba con otros autos clásicos como un Model A, un Rambler station wagon, un Ford Thunderbird, un Mercury Park Lane convertible y el Mustang de 1967 de su hijo.

Howard fue miembro y oficial de la Humboldt Model A Club por mucho tiempo. Ocupó el cargo de vicepresidente durante muchos años y planificó todas las comidas y excursiones de autos con meticuloso trabajo, determinando los lugares de los restaurantes, manteniendo un archivo de tarjetas y organizando alojamiento para algunos de los viajes más memorables incluyendo Fort Bragg, Gold Beach y el Río Rouge. Incluso después de enfermarse, Howard continuó llamando a los miembros acerca de los arreglos mensuales. Su casa y garaje (taller) acogieron picnics del club y algunas de las reuniones navideñas y muchas “charlas de herramientas,” donde siempre era generoso con sus consejos de autos.

Howard también era conocido por su sentido del humor seco, a menudo trayendo risas a los que lo rodeaban. Tenía una forma única de responder muchas preguntas con la coletilla final, “a menos que llueva…”

Los veranos los pasaba con su familia en el lago Trinity, donde Howard enseñó a sus dos hijos a esquiar acuático, creando recuerdos familiares entrañables que durarán toda la vida.

El legado de dedicación, amor y servicio de Howard será recordado por todos los que tuvieron el privilegio de conocerlo.

La memoria de Howard vivirá en los corazones de su familia, amigos, ex alumnos y todos aquellos a quienes inspiró y orientó a lo largo de su vida. Lo extrañarán profundamente.

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El obituario anterior fue enviado en nombre de los seres queridos de Howard Baer. The Lost Coast Outpost publica obituarios de residentes del condado de Humboldt sin cargo alguno. Ver pautas aquí. Envíe un correo electrónico a news@lostcoastoutpost.com.